¿Qué dirías si te preguntaran hoy si pueden experimentar contigo sin que te dieras cuenta? Te parecería una locura, te negarías y desecharías la idea, pero ¿Y si de hecho ya lo están haciendo?
Cuando el uso del internet explotó una de las grandes razones por las que se hizo popular a parte de la adquisición de información de todo tipo fue la facilidad para poder interactuar con otras personas, en un principio el poder comunicarte con tu seres queridos a la distancia era lo que nos cautivaba pero ahora ha evolucionado a el poder interactuar con otras personas sean estas parte o no de tu círculo social cercano, llevándolo a un punto en el que se ha hecho una necesidad el compartir nuestra información, una necesidad que nace a partir de la creación de plataformas dedicadas a esto: las redes sociales.
Hay una para cada cosa y al mismo tiempo la mayoría de ellas funcionan para compartir las mismas cosas, pero aun así usamos más de una al mismo tiempo, es tan común en nuestras vida, indispensables en ciertos trabajos y funcionales en la mayoría de los negocios, una gran cadena de información y nosotros somos las sustancia clave, el problema es que las empresas que manejan estas redes nos han convencido tanto de que es una necesidad que de hecho no podemos ver más allá de lo que creemos que es gratis y libre.
Entrar en las redes sociales significa estar expuestos, puede parecer que mantenemos nuestras cuentas en privado y que tenemos “el control” pero aunque el internet sea el medio de comunicación más popular en la historia de la humanidad solo un porcentaje muy bajo de la misma entiende cómo funciona el manejo de la misma, no solo el uso de las aplicaciones si como estás son operadas por terceros que tienen acceso a absolutamente todo lo que hacemos, incluso lo que creemos que no es relevante.
A este punto es de conocimiento público que existen empresas que compran las búsquedas de los usuarios en sus navegadores, que es posible encender la cámara de tu ordenador de forma remota, que de hecho hay gente que paga por saber cada clic que haces y de esta forma hacer estudios de mercado, así es, es muy probable que ya hayamos sido los conejillos de indias de alguna empresa sin habernos incluso enterado, lo que hace que te preguntes si lo que haces, lo que ves en internet, lo que compras en internet no fue plantado por alguien más en las páginas que sueles visitar.
En conclusión para mí las redes sociales son un arma de doble filo que se usa sin cuidado y deberíamos reeducar a los jóvenes sobre el uso adecuado de las mismas, para no caer en la necesidad sino verlo como un recurso, no sabemos a dónde va a parar toda esa información y quien observa nuestros movimientos.
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